Premio teatro Instituto "Aynadamar": Granada 6-6-06

Hoy por la tarde, dicen que me van a entregar un premio por algo que he escrito y que para mí no ha supuesto ningún sacrificio. Lo digo porque puntualmente cada día lanzo al aire mis palabras. Los relatos que construyo tienen mis sentimientos imbuidos. Todo es bastante mundano y no es difícil de hacer. Convengamos en que, con mucho ánimo, uno puede sostener un relato sin dificultad. Lo más difícil, sin embargo, es cómo mantenerlo vigente durante mucho tiempo.


Si lo hago verbalmente me sale de forma espontánea y hace que las alegrías sean más constantes y, también más evidentes; todo lo contrario a lo que ocurre cuando escribo porque el proceso es desgarrador y está cargado de soledad. Pero, como todo, compensa y me siento feliz así.

A veces escribo con gran lentitud y, sobre todo, con mucho arrepentimiento ya que en numerosas ocasiones no me gusta lo que he escrito y entonces empiezo con otra cosa. Después me doy cuenta de que lo que había hecho no estaba tan mal, así que avanzo con una lentitud exasperante.

No son novelas, sino experiencias de relatos vividos. Un relato corto bien terminado ya se puede dar por hecho. Un error cometido en la novela o en una obra teatral quizás derrumbe la mitad del trabajo.

Por eso creo que escribir cuesta mucho y es un proceso desgarrador. Además, uno lo hace en la más absoluta soledad. Lo hago porque me es inevitable. Roland Barthes sostenía que uno escribe para decirse. Pero también -y esto no sé si lo decía él o lo estoy agregando yo-, uno escribe para hacerse querer. En los escritores hay una gran necesidad de afecto. Es como si dijéramos: ¡Quiéranme! Tienen que quererme porque escribo cosas como ésta. Eso sería muy banal. Esto que yo digo es más que eso todavía: es la necesidad de ser aceptado.

A Flaubert le pasaba eso Escribía maravillosamente, pero su prosa era el resultado de unos ejercicios obsesivos. Él siempre contaba lo difícil que era encontrar la palabra justa. Después, evitar las repeticiones. Y, finalmente, hallar la musicalidad de la frase. Todo eso es fatal.

Esto les pasa a todos quienes escriben. El tema es que Flaubert lo vivía desde un punto de vista absolutamente patológico. En mi caso, a veces estoy una tarde entera así y, por ello, hay días que terminan mal. Dejo las cosas porque las veo como imposibles.

En mi obra teatral he dibujado personajes normales y cualquiera tiene posibilidad de salir en ella, la gente lo vive a diario y lo sigue intentando para salir del mundo que le rodea. ¿No es, acaso, la necesidad humana de creer que hay algo más allá de lo que se ve?

Creo que sí, que podría ser estructuralmente posible y pensé en algo parecido a eso que expreso, a la noción de que fuera de los límites cotidianos exista algo. Es la misma búsqueda del poeta, que explora unos territorios que las palabras no alcanzan a nombrar del todo. Y el resultado es igual de melancólico, porque lo que no se puede nombrar, no existe. Por lo tanto, mis relatos incluyen muchos mitos y leyendas. Alegóricamente son muy reales.

Para contar una buena historia hay que intentar que fluya el relato y, con él, los personajes. Lo peor que le puede pasar a una historia es que se atasque, que no se produzca ese fluir. En una buena historia, los personajes y las circunstancias deben modificarse. Si no, deja de ser una historia.

Para mí, las historias más terribles y ásperas son aquellas en las que las personas son sustituidas en algún momento y el mundo sigue andando igual. Por ejemplo: después de treinta años, un hombre regresa a su casa, pero resulta que no es su hogar. Se equivoca de sitio y a nadie le importa. Mis personajes en esa obra, no sólo cambian, también se sustituyen. Así, pues, todo es como en la vida misma.

De todas formas hay algunas historias que jamás contaría y son las que me producen un gran pudor por ser muy íntimas. Casi no he podido ser autobiográfico en mis relatos. No me convence hablar y ser confidencial nada más que por el gusto de contar una historia de amor. Si yo escribiera el nombre de las personas que he amado, me invadiría una sensación de profanación. Cada vez que soy demasiado explícito me da la sensación de estar jugando con cosas sagradas.

Por eso escribo para mí. Y, luego, para las personas que amo. Y, después, si a todos les gusta, mejor. Pero si el precio por gustarle a todos fuera que a mí no me gustara lo que escribo, no sé si lo pagaría.

Muchas veces suelo mezclar lo cotidiano con lo académico y me preocupa que no se entiendan cabalmente esos guiños. Mis historias no son tan complicadas. En general, se entienden casi todas. Y si no se entienden, no es por una cuestión de complejidad sino, más bien, por no saber llegar al receptor.

 

Para terminar, puedo afirmar que como relator, uno debe correr ese riesgo, aunque pienso que soy una persona bastante sencilla a la hora de escribir y no pretendo llegar a la cima de la literatura, sólo quiero expresar mis sentimientos con naturalidad.

LOS GRITOS DEL CERDO
La obra se centra en un ambiente rural. Los personajes están formados por una familia compuesta por un matrimonio con su hija y los padres de Davinia. Hay un personaje que no forma parte de la familia y que será el amor profundo de Davinia.
El marido (Andrés) tiene un temperamento brusco, pero también es inocente. La hija está muy compenetrada con la madre y le gusta las magias de brujas; como chica moderna, domina INTERNET. Los abuelos son simples personajes que van de un lado a otro sin opinar.
Davinia, a pesar de no tener estudios superiores, posee una sensibilidad muy especial, tanto, que hace conquistar el corazón de un veterinario (Leandro) que conoce por el chat.
La falta de cariño que no recibe Davinia por parte de su esposo, hace que ella se identifique como protectora de un cerdito huérfano. El marido percibe esta situación y se ceba sobre el cerdito, llegando incluso a sacrificarlo sin piedad la matanza tradicional del pueblo. Una vez perdido ese cariño animal, Da
LOS GRITOS.doc
Documento Microsoft Word 207.0 KB

JOSÉ ANTONIO

ÁLVAREZ CALVO

Granada (España)

soyyoengranada@hotmail.com

Traductor internacional

MI CURRICULUM
Es la trayectoria profesional que ha adornado toda mi vida en este mundo.
curriculum.pdf
Documento Adobe Acrobat 298.3 KB
Referencia bibliográfica en la Enciclopedia de Andalucía
Referencia bibliográfica en la Enciclopedia de Andalucía
Para aumentar su tamaño, pulsar sobre la imagen.
Para aumentar su tamaño, pulsar sobre la imagen.

Mi segunda web personal.

Las historias que se cuentan son muy variopintas y han pasado a mis días de jubilación, como testimonios hermosos del presente que estoy viviendo.