- Sigo vivo (I)

Se pueden proyectar acciones muy distintas, desde el realismo más puro al realismo poético, parodia, dramatismo eliminando todo el contexto... Esa es la grandeza de un hombre honesto, pero eso no se puede hacer en todos los casos, hay situaciones que están tan agarradas a al momento, que es muy difícil dar una proyección distinta.

Nunca he tenido mucho interés en darme a conocer públicamente. 

Son muchos años de disfrutar de la libertad y siempre he defendido mi independencia, hay grandes valores que están en un lugar y en otro, yo no me voy a posicionar porque quiero disfrutar de toda la gente que es valiosa. 

Pienso que la vida privada no explica la obra de las personas. Una cosa es la personalidad que se exhibe y otra el hombre casero, que tiene más cosas que van más allá de la personalidad. 

Las obras personales no se explican al cien por cien conociendo a la persona, porque hay cosas que ni siquiera controla uno mismo.

Yo respeto las críticas biográficas, pero siempre con muchas cautelas y nunca explicando la personalidad partiendo de la biografía.

En mis textos hay un encuentro afortunado de dos sensibilidades artísticas el que ha dado origen a mi obra naturalista: el encuentro de la palabra del biólogo con la mirada del fotógrafo, y la confluencia de esa palabra y esa mirada con un territorio que es un trozo del paraíso. 

Mis relatos diarios, son el resultado de una visión complementaria y fresca de una comarca que hay que preservar por todo lo genuino que posee.

Detrás del pueblo que muchos conocen, lo que se ofrece al visitante con todo el esplendor de una espectacular grandeza paisajística, hay unas costumbres ancestrales, una Naturaleza desbordante y una deliciosa gastronomía. 

Creo que los mejores retratos con palabras que he hecho de este pueblo extremeño, son los que me trajeron para captar con mi cámara los paisajes, las casas y a las personas que lo pueblan. 

Cada una de mis imágenes tratan de contar una pequeña historia, y todas juntas conforman un mosaico de lo vivido y compartido en este pueblo tan acogedor. 

Mis impresiones montehermoseñas, son kilómetros recorridos y conversaciones con muchas personas que se dejaron retratar, porque su imagen tiene mucho de común con la poesía de sus palabras, la lírica, el intimismo y la ironía. 

 Los verdaderos protagonistas de este mi espacio diario, son los montehermoseñ@s y rememoro con nostalgia la transformación que he vivido en la comarca desde que por primera vez, siendo un foráneo desconocido, y llegué a éste singular pueblo extremeño, con la ilusión de integrarme profundamente en sus raíces. 

El hombre inteligente entrega un libro sabio y hermoso en cuya extensión se encuentran los hilos de la vida: el amor y la muerte, la niñez y la ceniza, la decadencia e incluso, la belleza de un paisaje pedregoso. 

Ese mirar distinto de un animal sorprendido; emplear ángulos diferentes con la cámara; enfocar con ojos nuevos, para mí, es cada vez más importante. Efectivamente, lo más prosaico se puede convertir en poema, porque la poesía ya la tiene. 

Hay una mirada a muchas cosas humildes en las fotos que presento. Hablando de lo que importa sin especificar qué es, también subrayo que existen cosas fuera de uno que merecen su atención.