Sigo vivo (II)



Entre esas cosas humildes en las que me fijo con mi mirada asombrada, encuentro la inspiración del día a día. 


Ese emplear ángulos diferentes, es algo que se da también en la forma de observar lo que nos rodea con una mirada poética. 


La poesía surge muchas veces de una insatisfacción. Si no hay una especie de pulsión por lo que ya no se tiene, por lo que en el hoy tampoco se alcanza y por las incertidumbres del futuro, quizás uno no escribiría. De ahí que el poema sea siempre disconforme con la realidad, aunque también la acepte. En el frágil equilibrio entre ambas cosas está el poema. 


Quise poner como colofón ese poema porque ahí no solamente se entrecruzan el niño que fui con el adulto que soy, sino que además hay una metamorfosis en la que el niño se convierte en adulto y el adulto en niño. Esa imagen bascular del columpio me interesaba, el poema trata de mostrar esa transformación. 


Mi biblioteca tiene un sistema de raíles por el cual se produjo el percance del que hablo. Me interesa cómo a partir de un hecho vago hay una especie de lectura posible del acontecimiento, buscándole una trascendencia que en un primer plano no tiene. Pero sí, confirmo que esa lectura posible está latente. Me preocupa que los poemas no se agoten en una única lectura. Un poema no puede ser algo unívoco; si es así se convierte en prosa. 



Cuando miro a la NATURALEZA que me rodea, en realidad, soy yo, envejecido, con todos los atributos de la vejez que se cuentan por ahí. Pero eso sí, he volcado mucho de mí en este pueblo extremeño, para cubrir con honestidad el final de mis días.

 

Tendemos de forma enfermiza a colocar, separar y ordenar lo experimentado en estanterías, listas, buenos momentos, periodos tristes e instantes irrepetibles. De puro dolor. O su contrario. Y más ahora que, en la ritualización estacional de lo vivido, damos por concluido un año. Somos fundamentalmente seres temporales. No es que nos limitemos a estar en el tiempo, sino que éste nos forma, nos da sentido (o su apariencia) y, finalmente, constituye nuestra esencia más íntima. Y eso es así porque lo que entendemos como presente no es más que el precipitado metafórico y algo aleatorio de todas nuestras aspiraciones (de los proyectos de futuro) y de todos nuestros fracasos (de lo conseguido en el pasado).


JOSÉ ANTONIO

ÁLVAREZ CALVO

Granada (España)

soyyoengranada@hotmail.com

Traductor internacional

MI CURRICULUM
Es la trayectoria profesional que ha adornado toda mi vida en este mundo.
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Mi segunda web personal.

Las historias que se cuentan son muy variopintas y han pasado a mis días de jubilación, como testimonios hermosos del presente que estoy viviendo.